Actores del conflicto
En el centro del grave conflicto que está viviendo Yemen está la oposición entre los partidarios del presidente Abd Rabdo Mansur Hadi y los rebeldes zaidíes chiítas conocidos como los hutíes.
¿Quiénes son los hutíes?
Los hutíes son un grupo insurgente zaidí chiíta que opera en el noroeste de Yemen. El nombre del movimiento proviene del apellido de la familia de al-Houthi.
Los zaidíes son una rama del chiísmo en el islám, que tiene sus orígenes en el siglo VIII. Dentro de las ramas del chiísmo es la más próxima al sunismo. Los zaidíes componen un tercio de la población y gobernaron en Yemen del Norte bajo un sistema conocido como imamato durante casi 1.000 años hasta 1962.
Punto estratégico
Yemen, Yibuti y Eritrea comparten el estrecho de Bab el-Mandeb, uno de los puntos más importantes del mundo en lo que se refiere al petróleo por los millones de barriles que lo atraviesan diariamente. Según datos de la US Energy Information Administration, la cantidad se cifra en unos 3,8 millones de barriles diarios.
Theodore Karasik, analista geopolítico independiente, explica que "a medida que la escalada de la tensión en Yemen ha ido aumentando también crece el nivel de alerta sobre la amenaza que supone este conflicto para el transporte del petróleo a nivel internacional".
John Vautrain, experto en el sector energético y fundador de la consultora Vautrain & Company, apunta que Yemen está siendo el terreno donde Irán y Arabia Saudí están luchando por sus intereses dentro de la OPEP.
Irán se ha mostrado contrario a la estrategia de Arabia Saudí de mantener intacta la producción de petróleo a pesar del exceso de oferta mundial que ha hundido los precios.
Una guerra latente en el Islam
Pero la importancia de Yemen no es solo como enclave estratégico, ya que la religión también tiene un papel importante. Hace escasos meses, Hassan Rouhani, chií y presidente de Irán, se refirió a la política petrolera de Arabia Saudí como "una traición al mundo musulmán".
"Arabia Saudí está yendo contra los intereses de la región, el mundo musulmán y los musulmanes... Irán y su gente no olvidarán estas conspiraciones y la traición al mundo musulmán", sostuvo Rouhani en declaraciones a abcNews.
El avance de los hutíes en Yemen podría ser el comienzo de la venganza de Irán por la política impuesta por Arabia Saudí en la OPEP. Aunque este conflicto se ha convertido estos días en noticia, no es la primera vez que Irán y Arabia Saudí se enfrentan en conflictos internacionales. Suníes y chiíes están inmersos en un conflicto que algunos analistas denominan la "Guerra Fría de Oriente Medio", con escenarios clave de esta confrontación en Siria y en Irak. Y de fondo, el papel de Rusia y EEUU.
El papel de Rusia y EEUU
En la guerra civil de Siria, Arabia Saudí apoya a los rebeldes, que también son sunitas, mientras que Irán e Irak (gobiernos chiíes) han apoyado al Gobierno de Bashar Assad (chií). Rusia, por su parte, siempre está del lado de Irán, tanto en el conflicto de Siria como en el de Yemen. Sin ir más lejos, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha pedido el "cese inmediato de las hostilidades" en Yemen y ha llamado a multiplicar los esfuerzos en la comunidad internacional para conseguir una solución política.
Putin contactó ayer por teléfono con el presidente iraní, Hasán Rohani, para abordar "el brusco deterioro de la situación en Yemen". "Rusia ha subrayado la importancia de que haya un cese inmediato de las hostilidades y de esforzarse para desarrollar opciones para una solución pacífica del conflicto", ha dicho el Kremlin en un comunicado.
Menos clara parece la postura de EEUU. Arabia Saudí lidera el grupo de países musulmanes aliados de Occidente, pero las recientes negociaciones de EEUU con Irán para acabar con las sanciones por su política nuclear no han sentado bien. Unas covnersaciones que han puesto en guardia a Arabia y que además podrían añadir muchos millones de barriles de petróleo al mercado internacional, una 'sorpresa' que metería más presión a los precios. Tampoco ha gustado la reciente colaboración en Irak entre EEUU e Irán.
De modo que Yemen es el escenario de un nuevo pulso entre Irán y Arabia Saudí teñido por el petróleo, con una guerra latente en el mundo musulmán de fondo y unas consecuencias geopolíticas tan importantes como impredecibles.
Leer más: ¿Por qué importa el ataque de Arabia Saudí en Yemen? Petróleo e Irán, claves - elEconomista.es http://www.eleconomista.es/materias-primas/noticias/6587651/03/15/Que-esconde-la-intervencion-de-Arabia-Saudi-en-Yemen-La-guerra-interna-en-la-OPEP-continua.html#Kku8fkFP8PDAeFp5
El precio del petróleo
Una vieja exclamación de tiempos de guerras pasadas en el oriente medio dice que "una guerra saudí subirá el precio del petróleo saudí". Y esta ha sido una verdad a todas luces. La guerra como negocio petrolero, inducir la implosión bélica de los mercados, son también realidades de las cuales se desprende tal afirmación. La cuestión es que la paradoja se cierne sobre el precio del petróleo. En tiempos del Estado Islámico en Irak y Siria, lo que ha ocurrido, a causa de muchos otros factores, es la baja del precio mundial del petróleo.
¿Qué eventos pueden tener lugar en la guerra en Yemen, en la frontera saudita, que no han tenido lugar en la guerra del Estado Islámico, también en frontera saudita pero del lado iraquí? La cuestión se reduce a una pequeña lectura geopolítica:
- El Estado Islámico ha hecho presencia en la zona norte de Irak, avanzando poco y con poca intensidad (intermitente) al centro y sur de ese país. Entre las áreas controladas por el Estado Islámico y la frontera saudita hay una zona de distención no declarada, un vasto territorio que no compromete la frontera y negocios petroleros de "el reino".
- Son factores sauditas los que están detrás del Estado Islámico, confesionalmente conformado por sunitas. Alwaleed bin Talal, un empresario multimillonario y miembro de la casa real de Arabia Saudita ha admitido que ese país financió al Estado Islámico para ayudar a combatir y derrocar al Gobierno de Siria (chiíta). De ahí que pese a que el Estado Islámico fue una creación Washington-Riad que se ha ido de las manos, y pese a que Arabia Saudita también bombardea desde el cielo a estos yihadistas, el comportamiento estratégico del Estado Islámico en el terreno ha dado cuenta de una tendencia a ocupar territorios donde el chiísmo prevalece. Están muy lejos de los territorios sunitas, saudíes, que yacen en las cercanías de las áreas de actividades petroleras.
Yemen tiene sus actividades económicas petroleras y portuarias (asociadas al petróleo) de cara al Mar Rojo y al Golfo de Adén. Este último es el cuello de botella de entrada desde el Mar Arábigo hasta el canal de Suez en Egipto. Es un atajo, una de las "rutas de la seda" de la energía global, ruta de proyección de la actividad comercial asiática hasta el Mediterráneo. Estas son precisamente las zonas del conflicto. Entendiendo la probabilidad del cierre de puertos y el deterioro de lo que hoy está considerado una "zona de seguridad" de cara al Golfo de Adén, estaríamos en una situación particular sobre la cual el Estado Islámico no reviste una amenaza, hasta ahora. No hay rutas mercantes petroleras comprometidas en las zonas bajo el control del Estado Islámico. No es así el caso de los hutíes en Yemen.
El economista ruso Said Gafurov recuerda que "la mayor parte del petróleo saudita se exporta por los puertos de la costa occidental de Yemen" y es así, de cara al Mediterráneo por el canal de Suez, y de cara a las rutas marítimas rumbo al cuerno de África y con proyección al Atlántico.
Las probabilidades de que la guerra en Yemen se prolongue o que produzcan un cambio político en esa nación, son altas. El chiísmo ha crecido en las últimas décadas, la población chiíta en Yemen es hoy casi del 49% de la población. Citando al servicio de noticias Rusia Today: "La mayor parte de la actividad hutí se ha centrado en la gobernación de Sa'dah, uno de los estados de Yemen, situado al norte del país, en la frontera con Arabia Saudita. Según estimaciones, el número de sus seguidores puede superar 100 mil personas.”
La guerra y las perspectivas en los mercados
La actuación rápida y articulada de los países de la Liga Árabe y EEUU en abalanzarse sobre Yemen consiste en brindar condiciones de estabilidad inmediata en el más importante enclave de seguridad energética global. Se trata, por supuesto, de la protección de las rutas comerciales, pero también de Arabia Saudita como protectorado energético de EEUU, considerada su zona de garantía energética.
El anuncio de esta acción internacional contra los hutíes se tradujo de inmediato en el precio petrolero, teniendo la subida más brusca del 2015. El 26 de marzo de 2015, los contratos del petróleo WTI, para entrega en mayo, se venden a 51,59 dólares por barril, lo que significa un aumento de 2,38 dólares, o 4,84%. Por su parte, el costo del crudo Brent alcanzó los 58,86 dólares por barril, subiendo de este modo un 4,21% (2,38 dólares). La probabilidad de una tendencia al alza es enorme, aupada por la sangre de otro conflicto militar en las narices de las grandes cuencas petroleras del oriente medio.
Esta nueva guerra traerá consigo nuevas variantes en el comportamiento del precio mundial del petróleo. Aunadas a otras como las noticias acerca de la demanda mundial, la negociación nuclear Irán-EEUU, el comportamiento del crudo de esquisto en EEUU, entre otras, esta variable también será muy significativa. Del estancamiento o no de la guerra en Yemen dependerá también el precio del petróleo, superándose la paradoja de la guerra contra el Estado Islámico que no ha presentado un mayor efecto sobre el precio del crudo. La situación ahora es diferente.
Las posibilidades de que el conflicto se extienda desde el norte de Yemen hasta el sur de Arabia Saudita acentuará más todavía el factor de riesgo energético, y en consecuencia, la inestabilidad de los mercados.
Indudablemente hay factores geopolíticos superiores detrás del tablero en Yemen. Mientras las fichas se mueven, la jugada planetaria del poder se conjuga desde otras instancias. EEUU ampliará ahora su acción militar sobre el oriente medio en un Yemen que hoy se está cuajando como otro bastión chiíta. Es esta también una situación marco donde con cada vez más peligrosidad, los factores de poder del golfo se enfrentan en sus áreas de influencia. Riad versus Teherán en Siria, es una realidad. ¿Acaso estamos ante la misma pugna ahora en territorio yemení? ¿Está en riesgo la más consolidada zona energética global?
Dados los factores impredecibles de la guerra, y otros también impredecibles en los mercados, es virtualmente imposible predecir a precisión cómo será el comportamiento del petróleo, pero es de estimar que se irá a un alza pronto, sin que se pueda determinar cuál será el nuevo piso de su precio, que luego de su caída abrupta en un año se ha mantenido sobre la base de 50-60 dólares/barril.
Es muy probable que dadas las condiciones actuales (excluyendo el factor Yemen) el crudo pueda remontarse temporalmente sobre una base de 60-75 dólares/barril a corto plazo. Lamentablemente, el destino de la guerra en Yemen determinará el destino del precio petrolero a mediano plazo. Pero esta predicción es de patas cortas.
El conflicto en dicho país y la respuesta de las naciones que lo abordan militarmente, guarda la característica de parecer una "guerra rápida", una acción de choque contundente para "apagar" el conflicto de manera inmediata, pues sobre esa variable se cierne el factor "hombres en el terreno" que Arabia Saudita está dispuesta a colocar (150 mil tropas).
Situación que no tiene lugar en la lucha contra el Estado islámico, donde sólo las tropas leales a Damasco y a Bagdad están poniendo hombres en el terreno. Pero los conflictos en ese lado del mundo tienden a prolongarse y a ser impredecibles, guardan cualidades de ser guerras de baja y mediana intensidad, son asimétricas.
El factor militar sobre Yemen y su evolución, marcarán la situación del mercado de crudo. Predecir es aventurarse demasiado.
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