Sudán
Sudán, el país más grande del continente africano, ha disfrutado desde hace ya un par de años un alto crecimiento (8.10%). Inicialmente, el país es muy pobre (clasificada en 2006 en IDH posición 150), y el gobierno está mal visto por la comunidad internacional desde la guerra en Darfur y en relación con su sistema político, especialmente en el área de los derechos humanos.
De hecho, Sudán se clasifica quinto país del continente africano como reservas probadas de petróleo.
Aquí está un mapa que muestra las diferentes concesiones petroleras en Sudán:
Sólo tres de ellos suministran más de la mitad la producción de Sudán. Estos son explotados por un consorcio formado por la empresa china CNPC (40%), la empresa malaya Petronas (30%), la empresa india ONGC (25%) y la compañía nacional sudanesa Sudapet (5%). Este aceite se exporta por el oleoducto a Port Sudan.
Los ingresos del petróleo representan el 80% del valor de las exportaciones del país.
Sudán es un país políticamente muy inestable, no sólo con el conflicto en la región de Darfur, sino también en la región de Sudán del Sur, que reclama su independencia. En efecto, el régimen Karthoum es árabe e impone la ley coránica de la sharia a todo el país que está constituido por las etnias no Moslim africanos (SPLA = Sudán del Ejército Popular de Liberación), que la revuelta contra el gobierno. La guerra civil causó 2 millones de muertos. El 9 de enero de 2005 se firmó un acuerdo de paz, pero en 2010 el clima político sigue siendo muy tensa, y dentro del país como en la comunidad internacional.
En pocos años, este desconocido país se coloca con una producción de medio millón de barriles diarios, un volumen muy considerable, teniendo en cuenta los numerosos países productores que están ya en declive.
- Gráfico 1. Producción petrolífera de Sudán. Fuente: Energy Export Databrowser, tomado de BP
Resulta curioso observar cómo las matanzas de Darfur comenzaron en 2003, bastante en coincidencia con los descubrimientos y puestas en producción de los yacimientos petrolíferos más importantes de Sudán.
Aunque en este caso British Petroleum no ofrece datos más que de la producción de petróleo y dice no tener datos del consumo interno, la Energy Information Administration (IEA) de EE.UU. sí ofrece datos de producción, consumo y por diferencia, exportaciones.
Se ve claramente en este caso que aparte de un consumo testimonial para transporte interno de algunas mercancías que debían servir para exportaciones, en la era previa a la explotación sistemática del petróleo el aumento del consumo interno, como en casi todos los países productores sometidos al dictado de los que poseen la tecnología y los medios de extracción, transporte y comercialización, se debe fundamentalmente al autoconsumo de la industria petrolífera y no a la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos.
- Gráfico 2. Producción, consumo y exportaciones de crudo de Sudán. Fuente: EIA
Un artículo de la página web especializada en energía The Oil Drum (www.theoildrum.com), titulado “la partición de Sudán puede aumentar la producción de petróleo”, aporta algunos elementos claves que quedan generalmente fuera del escrutinio de los medios occidentales y esta vez, lamentablemente también fuera del artículo de Rebelión y Gara. Veamos algunos de ellos:
1. La Agencia para la Información de la Energía de EE. UU. (EIA, por sus siglas en inglés), hace notar que en 2009 las exportaciones de petróleo representaron más del 90% de los ingresos del exterior. El país opera fundamentalmente con combustibles de renovables (leña, paja, bosta de animales, etc.) y desechos orgánicos, lo que refleja la situación de la mayor parte de la población del país. Por ello, cantar alegorías a que el sur del país “es libre, por fin”, cuando se están extrayendo de forma tremenda medio millón de barriles diarios que terminan en consumos ajenos, es, cuando menos, un sarcasmo.
2. Se ve que la producción de petróleo comienza a dispararse cuando el oleoducto de 1.600 Km se pone en funcionamiento. Éste es un gran trabajo de chinos, realizado en condiciones muy duras y que atraviesa el país desde donde se encuentran la mayor parte de los yacimientos, en el Sur ahora independizado, hasta Port Sudan, donde se ubica la terminal de embarque del crudo, en el Mar Rojo, en la que ahora es el Sudán del norte desgajado.
3. El oleoducto fue construido por la Greater Nile Petroleum Operating Company (GNPOC), que está participada en un 40% por la China National Petroleum Corporation (CNPC), que es la empresa que opera el oleoducto.
4. Ésta ha sido, sin duda, una fuente enorme de disputas. La generación de flujos monetarios importantes y la forma en que se intentaba pillar un trozo de la tarta que venía del cielo, es lo que ha hecho que los principales beneficiarios (los grandes consumidores y empresas multinacionales explotadoras), hayan manipulado groseramente los conflictos étnicos y religiosos en su propio interés. Es algo que casi siempre sucede donde hay recursos en países sin desarrollar. En este caso resulta tan evidente que el silencio, cuando no el aleluya de Gara a que haya ganado una cierta parte explotadora y venda la independencia como un logro, cuando lo que busca es la estabilidad de su explotación de los recursos ajenos, resultan verdaderamente incomprensibles.
5. Para curarse de la creencia de que la independencia de Sudán del Sur es una obras de luchas de nacionales, de carácter étnico o religioso, para lograr “ser libres al fin”, como suelta Gara en su artículo, basta con ver el mapa de Sudán, la redistribución con la partición en dos países y las localizaciones de los principales yacimientos y recursos petrolíferos y el trayecto que sigue el actual oleoducto. Es una cura radical contra los creyentes en los pajaritos embarazados y una vuelta a una visión más materialista de la historia, por la que se concibe que la mayor parte de las actuales guerras son por los recursos:
Gráfico 3. Mapa preparado curiosamente por la USAID que ilustra las concesiones de petróleo y gas en 200, en las que los chinos tenían una parte sustancial y llevaron un esfuerzo importante en el desarrollo de las explotaciones. La frontera que se acaba de legalizar entre el norte y el sur y coincide con la línea de demarcación de 1956, en color naranja el trayecto del oleoducto, que pasa por dos refinerías en El Obeid y Jartúm (Khartoum) y llega hasta Port Sudán en color rojo Fuente: Wikipedia, tomado de USAID.
6. Hay que ser muy inocente para pensar que una división del país, que deja el 75% de las reservas de petróleo de Sudán, calculadas en unos 6.500 millones de barriles, en el sur recientemente independizado, y cuya producción actual está en proporción similar en el sur, no tiene ni ha tenido nada que ver con las fuerzas que han producido esta segregación.
7. Sobre todo, resulta de lo más sospechoso que en medio de las tensiones sobre la independencia, se esté programando cuidadosamente un oleoducto alternativo de salida hacia el sur, con salida por el puerto keniano de Mombasa. Si bien este trayecto es técnicamente más corto en unos 200 km. menos que el existente a Port Sudan, la necesidad de bombear el fluido a las tierras altas de Kenia tiene también su complicación técnica y costes elevados. Está claro que esta ruta alternativa se hace para ganar en independencia respecto de Sudán del Norte, pero no necesariamente por parte de los ciudadanos o gobiernos de Sudán del Sur, sino más bien, de una lucha estratégica por variar las influencias de los grandes grupos multinacionales petrolíferos, en lucha cada vez más encarnizada por los menguantes recursos petrolíferos mundiales.
- Gráfico 4. Posibles rutas del oleoducto del sur desde el nuevo Sudán del Sur hacia Kenia, con una terminal de carga cercano al puerto de Mombasa, en Lamu. Fuente: El corredor de Lamu.
Este trayecto lleva debatiéndose unos años y se vende como un magnífico polo de desarrollo de los países de la región, que se supone beneficiaría a países como Uganda, que tendría un posible ramal, Tanzania, Kenia e incluso Etiopía y hasta la República Democrática del Congo, aparte, por supuesto, de al flamante Sudán del Sur.
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